miércoles, 30 de abril de 2014

Johan Cruyff, el tulipán más culé



 Si Cruyff muriera hoy mismo, se iría al otro mundo siendo una de las grandes figuras de la historia del fútbol. Aunque los forofos más jóvenes le recuerden por sus críticas y salidas de tono frente a la prensa, lo cierto es que el holandés fue un increíble jugador y entrenador.

La carrera de Cruyff como jugador de fútbol comenzó de manera prematura, con apenas 17 años en el Ajax de Amsterdam. Pese a su juventud, pronto el considerado miembro del big four (Cruyff, Maradona, Pelé y Di Stéfano) comenzó a hacerse clave en el juego de su equipo en una trayectoria repleta de títulos de gran embergadura. “El flaco” ganó seis títulos Eredivisie, 4 Copas de Holanda, 3 Copas de Europa y 1 Copa Internacional en la que se consideró la generación de oro de su equipo.



Su gran labor como estrella del Ajax le convirtió en Balón de Oro en el año 1971, galardón que también recibiría en los dos años posteriores vistiendo la zamarra del FC Barcelona. Pese a sentirse cómodo en su club natal, Cruyff fichó por el club azulgrana  en 1974 porque se enteró de que su equipo negociaba con el Real Madrid por su traspaso. Al final, ni Amsterdam ni Madrid.

Lo cierto es que la decisión del holandés fue acertada a nivel personal. En su etapa como culé vivió una de sus etapas más felices como futbolista. Desde su llegada se hizo con el cariño y la pasión de la hinchada azulgrana, que le veían como el salvador para la mala situación del equipo. El FC Barcelona llevaba 14 años sin ganar la Liga y marchaba penúltimo en el momento de su llegada. Con el “14” vistiendo la camiseta del club catalán, el equipo remontó la situación y se hizo con el campeonato liguero.

Hasta 1978 no ganaría otro título, cuando el FC Barcelona levantó la Copa del Rey. El mismo año el holandés abandonó la Ciudad Condal para marcharse a EEUU tras 184 y 51 goles a sus espaldas, un destino raro por la época pero muy común en la actualidad entre jugadores  veteranos.



Tras un discreto paso por Los Angeles y Washington, Cruyff regresó a La Liga con el Levante. Tras 10 partidos y 2 goles, el jugador volvió al Ajax como un hijo pródigo. Allí “El Flaco” volvió a lucir un buen nivel anotando 20 goles en 63 partidos, aunque tras dos temporadas en Amsterdam decidió que su retirada sería en el Feyenoord, donde jugó 44 choques y anotó 13 goles. En 1984, Johan colgó las botas.

Su existosa carrera como jugador le convirtió en entrenador casi al instante. En 1985 la directiva del Ajax le sentó en el banquillo, donde estuvo tres años. Su manera de entrenar fue casi tan exitosa como su etapa de jugador. En 1986 y en 1987, Cruyff ganó dos Copas.

La vida de Cruyff viviría un paralelismo increíble respecto a su etapa de jugador. El FC Barcelona posó sus ojos sobre él y le convirtió en su entrenador más longevo. El holandés estuvo 8 años entrenado al club azulgrana, sin duda un punto de inflexión en la historia culé. Con él en el banquillo y con Koeman como jugador estrella, el Barça consiguió levantar la primera Copa de Europa en 1992 con un juego espectacular que serviría como inspiración para que Guardiola, años después, le diera una generación dorada al barcelonismo destacando una temporada con seis títulos.



Aunque esta Copa fue el mayor hito de su etapa como entrenador, sus cuatro Ligas, su Copa del Rey y sus tres Supercopas de España le convirtieron en un revolucionario del fútbol. Desde hacía años no se recordaba una época tan exitosa en el club catalán

Su muerte es, sin lugar a dudas, un momento catastrófico para el mundo del fútbol, aunque la realidad es que Johan siempre seguirá vivo. Sus cientos de partidos, entrevistas, ruedas de prensa hacen del holandés una personalidad eterna, un jugador de dimensiones épicas.

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