El Elche ganó anoche 1-2 a un Rayo Vallecano que fue dueño del partido de principio a fin. Un partido que prometía mostrar un gran fútbol, con dos serios aspirantes al ascenso frente a frente se encargó de estropearlo el árbitro con una actuación digna de que le metan en la nevera durante un tiempo.
A los cuatro minutos de comenzar el partido, el árbitro señaló un penalti inexistente por agarrón de Amaya a un jugador ilicitano para que lo transformara el ex rayista Edu Albácar, que no lo celebró. Ya comenzaron los pitos en Vallecas, desde luego, desde hace tiempo no se había visto una actuación semejante. El Rayo trataba de buscar sus ocasiones arriba pero no lograba materializarlas en tiros, chocando una y otra vez con la defensa del Elche, que dio muestras de una gran seriedad y dureza. Mientras tanto, los jugadores ilicitanos aprovechaban el más mínimo contacto para irse al suelo y simular una lesión, aunque desafortunadamente dos de ellas fueron verdaderas y tuvieron que abandonar el campo antes del minuto 30- En uno de esos lances, tras la lógica protesta del entrenador rayista Sandoval, éste fue expulsado. Al filo de la media hora, Juli lanzaba un gran disparo al palo de la meta ilicitana, la mejor ocasión de la primera parte sin duda junto a un penalti a Trejo que se traga el colegiado. Seis minutos después, cuando el Rayo más apretaba y mejor jugaba llegó el gol del Elche, de Ángel concretamente, que sentó como un jarro de agua fría en los jugadores ya que el partido se ponía muy cuesta arriba: 0-2. Pese a ello, y por ello debo felicitar a la afición rayista una vez más, no se dejó de animar al equipo ni un solo instante. Llegó el pitido que marcaba el descanso y yo tenía el Osasuna- Sevilla en mente para mentalizarme de que era posible la remontada.
A la vuelta de vestuarios, vimos a un colegiado que pitó bastante mejor, debe ser que alguien le dijo al descanso que lo de la primera mitad fue bochornoso. El Rayo dominaba las ocasiones y el juego mientras el Elche esperaba en su campo y aprovechaba de nuevo la más mínima oportunidad para perder tiempo, lo que provocó la ira de la grada. Los minutos se marchaban y el marcador continuaba siendo 0-2. Sandoval desde la grada introdujo dos cambios muy valientes: quitó al central Amaya, dejando una línea de tres en defensa para sacar a Piti y buscar una mayor llegada desde la segunda línea. Esto fue en el minuto 56, diez minutos antes de que quitara a Juli por Delibasic. El delantero serbio acompañó a Aganzo en la delantera y el juego directo que estaba empleando el Rayo por fin comenzó a dar frutos de verdad, ya que los centrales del Elche por alto a Aganzo le ganaban todas, pero con el serbio en el campo la cosa cambió, lo que permitió al Rayo avanzar muchos metros con un simple pase alto. El Rayo seguía disponiendo de grandes ocasiones de gol, sobre todo dos clarísimas de Aganzo que resolvió bien Jaime. Poco después de la entrada de Delibasic en el campo, éste lograba rematar casi de espaldas un buen centro de Piti al fondo de las mallas, que ponía el 1-2 en el marcador y devolvía al Rayo Vallecano a la lucha por el partido. Tras tragarse otro penalti claro a Piti, el árbitro finalmente pitó uno de los tres cometidos al Rayo en la noche de ayer en el minuto 90, un claro empujón a Borja García, que entró al campo sustituyendo a David Aganzo. Tras debatirlo, el encargado de lanzarlo sería Trejo. Sandoval desde la grada reclamaba que algún jugador del Elche estaba rompiendo el punto de penalti para que el disparo saliera peor y funcionó: Trejo mandó el balón fuera.
El Rayo se lanzó a la desesperada buscando el ansiado empate pero no fue posible y el marcador no se movió, lo que supone aplazar la fiesta del ascenso rayista a otro momento.
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