El Rayo Vallecano visitaba ocho años después el Santiago Bernabéu y Sandoval ya avisó que saldría a jugar al Real Madrid con un planteamiento ofensivo. Ese planteamiento se reflejaría en los primeros minutos de encuentro cuando Michu logró adelantar a los vallecanos en el primer minuto de juego. Lass cede mal a la defensa y Michu bate a Casillas tras rechazar mal el balón tras un disparo de Tamudo. La sombra de la crisis acechaba sobre el Bernabéu, ya que el Rayo Vallecano se acercaba a la portería de Casillas y dominaba la posesión del balón. Ese dominio vallecano duró hasta que entró al campo el mejor jugador del equipo madridista: Özil. Entró sustituyendo a Lass a los 27 minutos del comienzo del partido y revolucionó el partido para el Real Madrid. El dominio del Real Madrid era palpable ya que conseguían acercarse a la portería de Dani con mucha más facilidad y movían la pelota con fluidez. El gol del Real Madrid llegó en uno de esos contragolpes tan característicos del Real Madrid. Tras un mal saque de banda de Tito, Cristiano Ronaldo corrió toda la banda izquierda y soltó un zurdazo que se coló entre las piernas de un Dani que pudo hacer mucho más. El partido se convirtió en un monólogo madridista, aunque no por ello el Rayo dejó de seguir intentando hacer su fútbol tratando bien el balón, aunque no lo tuvo fácil ante la asfixiante presión del equipo de Mourinho. El segundo gol tendría como protagonista a Higuaín al final del primer tiempo. El argentino logró el gol tras empujar un balón que Sergio Ramos, en posición dudosa, le colocó a placer en una jugada de estrategia botada por Xabi Alonso. Con ese gol acabaría un primer tiempo que tuvo color franjirrojo los primeros veinticinco minutos y por madridistas durante los últimos veinte minutos. Especial mención al rayista Lass, al que se le vio muy enchufado. El joven de tan solo 19 años jugó con un descaro impropio de un jugador de su edad y en un estadio tan grande como el Bernabéu. En más de una ocasión volvió loco a la defensa madridista.
El segundo tiempo comenzó con un Real Madrid muy ofensivo buscando sentenciar el encuentro. Esa aparente sentencia llegaría tras un derribo claro dentro del área de Movilla sobre Kaka'. Ronaldo se encargó de lanzar el penalti fuera del alcance de Dani. Ese 3-1 y el dominio del Madrid parecía firmar la sentencia al partido, pero Di María vería su segunda tarjeta amarilla tras una mano y acto seguido el conjunto rayista metería el 3-2 de mano de Michu. El rayismo volvió a creer en la remontada, ya que el equipo volvía a tener largas posesiones mientras que el Real Madrid buscaba robar para salir con transiciones rápidas hacia la portería de Dani. Así fue como el Real Madrid mató la ilusión rayista. Tras una jugada del Real Madrid, Alonso volvió a colgar un balón, esta vez en un saque de esquina, que Varane remató al fondo de las mallas de espuela. El central demostró descaro y madurez para jugar ahí, aunque todavía se le ve algo verde debido a su juventud. El 4-2 dominaba el marcador y se intuía que la goleada podía ser mayor. El quinto gol lo metería Benzema, que entró al campo sustituyendo a Higuaín. El francés se sacó un potente disparo raso al palo largo totalmente fuera del alcance de Dani desde fuera del área. El sexto gol llegó en la recta final de penalti de Dani sobre Cristiano Ronaldo. El portugués se encargó de lanzar el penalti para poner el definitivo 6-2 en el marcador.
El Rayo hizo un gran partido en el Bernabéu, con un planteamiento muy valiente de Sandoval que salió a jugar al Real Madrid de tú a tú. El resultado final fue demasiado amplio para lo visto sobre el terreno de juego, ya que el Rayo Vallecano tuvo ocasiones para meter algún gol más. El Real Madrid necesitó tan solo ocho disparos para meter seis goles, por lo que podemos valorar el gran trabajo defensivo de los vallecanos y la gran eficacia del conjunto blanco. Mourinho estuvo muy bien en los cambios, quitando a Lass, que interrumpía el juego madridista, para dar entrada a Özil. Tras la expulsión de Di María el Real Madrid entregó la pelota al Rayo para salir al contraataque. En definitiva, el Rayo ha encajado una gran goleada pero ha ganado respeto y prestigio frente a sus rivales jugando a un equipo cuya estrella cobra más dinero que toda la plantilla rayista. Solo con ese dato vemos la gran diferencia de potencial que existe entre ambos equipos.