Los coches son uno de los
mayores objetos de deseo de cualquier ser humano. Hay deportivos que sabemos que
ni en mil vidas podremos tener, pero aún así es imposible quitarle el ojo
de encima ante su precioso diseño. Con este factor juega la revista Automóvil,
una revista mensual que trabaja sobre todo con coches de alta gama.
La revista tiene una tirada de
unos 40.000 ejemplares al mes y se puede adquirir en el quiosco por 3,5 euros,
aunque como en todas las publicaciones de este tipo, mediante una subscripción
se puede ahorrar alguna cantidad.
En la actualidad cuenta con
110 páginas por número repletas de motor y coches espectaculares, aunque no
todo trata sobre automóviles que están lejos del alcance de un bolsillo
humilde. La gran ocasión, en la que se analizan coches de segunda mano, la
sport magazine, en la que se analizan competiciones como el Mundial de Fórmula
1 o el big test, donde se hacen comparativas de coches en circuito son
secciones fuertes dentro de la publicación.
La sección de deporte cuenta
con un despliegue informativo muy bueno. No se trata de informar sobre la
carrera, sino que se busca ahondar un poco más en las posibilidades técnicas de
cada coche y en terminologías orientadas hacia un público más especializado en
temas de motor.
La revista está realizada por
la redacción, pero hay que destacar que muy pocos artículos van
firmados por el autor de la pieza textual. Como contaron los propios redactores de
Automóvil, ellos prueban los coches y de manera independiente hacen una
valoración de lo que han sentido al conducirlo.
En la sección más deportiva
encontramos lo mismo, no hay firma y no podemos saber si es de agencia, de
colaborador o de redactor. Sabemos que es de redactor porque así nos lo
hicieron saber en clase, pero de otra manera jamás podríamos averiguarlo.
A nivel publicitario, sorprende
ver anuncios de coches de alta gama (Land Rover o Jaguar) junto a coches con
precios más populares (Opel, Citröen o Nissan). Las marcas conocen que la
revista no está orientada a un público que quiere comprarse un cochazo, sino a
un lector amante del motor.
Aunque hay publicidad, la mejor
promoción de un coche es la opinión plasmada por los redactores de la revista.
Por lo general, no hay opiniones malas sobre un coche y si la hay, se dice de
manera suave y sutil para no enfadar a las marcas.
En conclusión, podemos afirmar
que la revista Automóvil es la mejor publicación para aquellos que amen los
coches, entiendan sobre ellos y sean capaces de no entrar en depresión al ver
que no podrán conducir un Maserati o un Lamborghini de los que aparecen en sus
páginas. El lenguaje es muy especializado en busca de satisfacer a un público
exigente y la fotografía es sensacional, ya que podemos ver imágenes con muchos
cambios de luz, con ángulos imposibles y aplicando una obturación a la cámara
muy alta para poder plasmar con todo detalle objetos que se mueven a una
velocidad endiablada.
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