Si Cruyff muriera hoy mismo, se iría al otro mundo siendo una de las grandes figuras de la historia del fútbol. Aunque los forofos más jóvenes le recuerden por sus críticas y salidas de tono frente a la prensa, lo cierto es que el holandés fue un increíble jugador y entrenador.
La carrera de Cruyff como
jugador de fútbol comenzó de manera prematura, con apenas 17 años en el Ajax de
Amsterdam. Pese a su juventud, pronto el considerado miembro del big four
(Cruyff, Maradona, Pelé y Di Stéfano) comenzó a hacerse clave en el juego de su
equipo en una trayectoria repleta de títulos de gran embergadura. “El flaco”
ganó seis títulos Eredivisie, 4 Copas de Holanda, 3 Copas de Europa y 1 Copa
Internacional en la que se consideró la generación de oro de su equipo.
Su gran labor como estrella del
Ajax le convirtió en Balón de Oro en el año 1971, galardón que también
recibiría en los dos años posteriores vistiendo la zamarra del FC Barcelona.
Pese a sentirse cómodo en su club natal, Cruyff fichó por el club azulgrana en 1974 porque se enteró de que su equipo
negociaba con el Real Madrid por su traspaso. Al final, ni Amsterdam ni Madrid.
Lo cierto es que la decisión
del holandés fue acertada a nivel personal. En su etapa como culé vivió una de
sus etapas más felices como futbolista. Desde su llegada se hizo con el cariño
y la pasión de la hinchada azulgrana, que le veían como el salvador para la
mala situación del equipo. El FC Barcelona llevaba 14 años sin ganar la Liga y
marchaba penúltimo en el momento de su llegada. Con el “14” vistiendo la
camiseta del club catalán, el equipo remontó la situación y se hizo con el
campeonato liguero.
Hasta 1978 no ganaría otro
título, cuando el FC Barcelona levantó la Copa del Rey. El mismo año el
holandés abandonó la Ciudad Condal para marcharse a EEUU tras 184 y 51 goles a
sus espaldas, un destino raro por la época pero muy común en la actualidad
entre jugadores veteranos.
Tras un discreto paso por Los
Angeles y Washington, Cruyff regresó a La Liga con el Levante. Tras 10 partidos
y 2 goles, el jugador volvió al Ajax como un hijo pródigo. Allí “El Flaco”
volvió a lucir un buen nivel anotando 20 goles en 63 partidos, aunque tras dos
temporadas en Amsterdam decidió que su retirada sería en el Feyenoord, donde
jugó 44 choques y anotó 13 goles. En 1984, Johan colgó las botas.
Su existosa carrera como
jugador le convirtió en entrenador casi al instante. En 1985 la directiva del
Ajax le sentó en el banquillo, donde estuvo tres años. Su manera de entrenar
fue casi tan exitosa como su etapa de jugador. En 1986 y en 1987, Cruyff ganó
dos Copas.
La vida de Cruyff viviría un
paralelismo increíble respecto a su etapa de jugador. El FC Barcelona posó sus
ojos sobre él y le convirtió en su entrenador más longevo. El holandés estuvo 8
años entrenado al club azulgrana, sin duda un punto de inflexión en la historia
culé. Con él en el banquillo y con Koeman como jugador estrella, el Barça
consiguió levantar la primera Copa de Europa en 1992 con un juego espectacular que serviría como inspiración para que Guardiola, años después, le diera una generación dorada al barcelonismo destacando una temporada con seis títulos.
Aunque esta Copa fue el mayor
hito de su etapa como entrenador, sus cuatro Ligas, su Copa del Rey y sus tres
Supercopas de España le convirtieron en un revolucionario del fútbol. Desde
hacía años no se recordaba una época tan exitosa en el club catalán
Su muerte es, sin lugar a
dudas, un momento catastrófico para el mundo del fútbol, aunque la realidad es
que Johan siempre seguirá vivo. Sus cientos de partidos, entrevistas, ruedas de
prensa hacen del holandés una personalidad eterna, un jugador de dimensiones
épicas.
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